Represión patriota.
La represión ejercida por los “patriotas” se dirigió a los franceses y a los “afrancesados”. Muchos españoles, ya fuera por convicción o por interés, juraron fidelidad a José I y a su nuevo régimen. Sectores de la nobleza, del alto clero, militares, científicos, escritores, artistas y funcionarios públicos prestaron juramento al nuevo monarca. En los primeros momentos de la guerra se sucedieron las proclamas exhortando a colaboración con la administración francesa como la que sigue a continuación.
La participación en este proceso sería posteriormente causa de sanción. En muchos pueblos se produjeron estallidos contra los franceses o los “colaboracionistas”. La represión se llevó a cabo a través de tribunales extraordinarios del Crimen, establecidos por la Junta Central. El trato a los presos fue muy duro en estos casos.
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