¿Por qué vienen los franceses?
Para responder a esta pregunta, es necesario hacer un breve recorrido por las relaciones que mantuvieron Francia y España desde el inicio de la Revolución Francesa hasta la ocupación napoleónica.
Cuando estalló la Revolución Francesa en 1789, Carlos IV llevaba menos de un año en el trono de España. Para evitar que los principios revolucionarios se extendieran por España, se estableció un “cordón sanitario”, es decir, se cerró la frontera con Francia y se instauró una férrea censura.
La ejecución de Luis XVI en 1793 empujó a Carlos IV a unirse a una coalición militar europea contra Francia. El 23 de marzo de 1793 España declaró la guerra a Francia. El conflicto se desarrolló en dos campañas. La de 1793 tuvo lugar en el Rosellón francés, región que España había cedido a Francia por el Tratado de los Pirineos (1659). La segunda campaña (1794-1795) estuvo marcada por los éxitos del ejército francés y la invasión de Figueras, San Sebastián, Bilbao y Vitoria. La Paz de Basilea, firmada en 1795, marcó el final de la contienda. Francia devolvió a España los territorios que había ocupado en la península, pero a cambio recibió parte de la isla La Española (actual Haití).
Así empezó una etapa de sumisión. España quedaba ligada a Francia por los términos de la paz, y esto afectó a Inglaterra en la medida en que quien se ponía del lado de Francia se convertía en su enemigo[1].
A la paz de Basilea le siguió el Tratado de San Ildefonso, firmado en 1796, y sobre el que tendréis que investigar en un ejercicio que se os indicará más adelante.
En 1805 las flotas española y francesa se vieron obligadas a combatir a la inglesa en aguas de Trafalgar. A continuación se recogen una serie de textos y ejercicios para que amplíes tus conocimientos sobre esta batalla.
[1] Reelaborado a partir de Castro Oury, Elena. La Guerra de la Independencia Española, Madrid, Ediciones Akal, 1995.
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