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El suplente.

Como has podido leer, la elección en Soria no se pudo realizar hasta el 21 de diciembre de 1812, por tanto, en Cádiz, en 1810, entre los sorianos que habitaban allí, eligieron un suplente para todos ellos. Ese suplente fue…  

GARCÍA HERREROS SÁENZ DE TEJADA, Manuel Antonio  

Manuel García Herreros Sáenz de Tejada, uno de más activos oradores parlamentarios de las Cortes de Cádiz, nació el 10 de enero de 1767 en la localidad serrana de San Román de Cameros (La Rioja). Falleció en Madrid el 25 de abril de 1836, apenas cumplidos los 69 años (…)  

Paralelamente a su carrera docente, su prestigio como jurista fue en aumento lo que le condujo a ser nombrado, en enero de 1797, procurador general de los Reinos, tomando posesión en la Corte, donde acabó fijando su residencia (…)  

Tras la ocupación francesa, la entrada victoriosa de Napoleón en Madrid y la coronación de José Bonaparte, García Herreros no quiso colaborar con el régimen napoleónico. “Debe borrarse hasta la memoria de cuanto ha venido de Francia”, llegaría a decir después. Tras un periodo de reflexión, decidió abandonar Madrid en el verano de 1810, llegando a Cádiz a mediados de agosto, (…). 

Elección y actividad parlamentaria. 

García Herreros fue designado diputado suplente por la provincia de Soria para formar parte de las Cortes Constituyentes cuya inauguración tuvo lugar el 24 de septiembre de 1810. Su elección atendió al procedimiento utilizado para designar representantes a Cortes por aquellas provincias que, por imperativos de la guerra y de la ocupación francesa, no habían podido verificar el proceso electoral conforme a la instrucción del 1 de enero de 1810 (…). Finalmente, resultaron ser 35 nombres (la mayoría de procedencia camerana) sobre los que recayó tal responsabilidad y los que, tras reunión en la “Casa Obispal”, designaron a los siete compromisarios que acabarían otorgando a Manuel García Herreros “poderes ilimitados para cumplir y desempeñar las augustas funciones de su nombramiento y para que con los demás diputados de Cortes pueda acordar y resolver cuanto se proponga en ellas”. 

Aunque en su primera comparecencia en la cámara, para prestar juramento, se dejaba constancia de la temporalidad de su mandato ya que “estos poderes sólo han de servir hasta la llegada de los diputados de Soria”, García Herreros no sólo permaneció ininterrumpidamente en su escaño durante los tres años de actividad parlamentaria sino que pronto dio muestras de su impulso reformista en sentido liberal y de sus dotes oratorias. Ello llegó a alarmar a algunos notables sorianos que, a lo largo de 1812, impulsaron una nueva elección para designar a los “diputados propietarios” por la provincia con objeto de poner fin a la actuación del “suplente”. Sin embargo, la fracción liberal mayoritaria en la cámara consiguió no sólo ralentizar la incorporación de los diputados titulares sino, una vez materializada ésta, forzar la renuncia de uno de ellos, el alfareño Mateo Valdemoros, al ser nombrado gobernador de Valencia, para asegurar la continuidad del diputado suplente.  

(…) Desde las primeras sesiones, García Herreros, también conocido como “el Marat español”, se erigió en líder y portavoz del grupo de los “liberales radicales”, en el que también se alinearon, entre otros, José María Queipo de Llano, conde de Toreno, o Diego Muñoz Torrero, diputados que se empeñaron en señalar la senda liberal y defendieron un amplio programa de reformas que incluía el reconocimiento de los derechos individuales ya sancionados años atrás en la Francia revolucionaria. En este sentido, el camerano llegó a ser considerado el diputado más influyente después de Argüelles, llegando a formar con éste un verdadero tándem impulsor de los principios del liberalismo y de un programa de reformas sociales y políticas de gran calado para nuestro país. Se le consideró también inspirador de El Robespierre español, un periódico editado en Cádiz de inspiración liberal radical que importunó por igual a absolutistas y liberales moderados.

(…)   

Su fe revolucionaria, unida a los méritos contraídos en Cádiz, le aupó a nuevas responsabilidades políticas desde las que trató de detener las resistencias detectadas. En 1813 fue propuesto para miembro de la Regencia y fue nombrado ministro interino de Gracia y Justicia en octubre de ese mismo año, ocupando el cargo hasta que en mayo de 1814 quedó restaurado el régimen absolutista tras el regreso de Fernando VII. En la noche del 10 de mayo, por orden del general Eguía, fueron detenidos en Madrid los regentes, ministros y veinticuatro destacados diputados liberales, entre ellos García Herreros, quien residía en ese momento en la Plazuela de Celenque. El riojano fue conducido “a un calabozo inmundo y horroroso, privado de toda comunicación y tratado como lo fuera el más terrible facineroso”. Posteriormente fue confinado en el Peñón de Alhucemas, donde cumplió condena de ocho años de presidio. Además, se le abrió causa de Real Orden por su activa militancia liberal durante los años anteriores[1]



[1] Ollero Vallés, José Luis. “García Herreros Saenz de Tejada, Manuel Antonio”. En VV.AA. Diccionario biográfico de parlamentarios españoles (Cortes de Cádiz 1810-1814). Madrid: Congreso de los Diputados, 2011.

 

Actividad

Puedes apreciar en lo escrito que no todos los diputados de las Cortes de Cádiz pretendían lo mismo. Ya hemos visto con anterioridad la importancia de los suplentes.

Ahora puedes constatarlo con el caso de García Herreros explicando las diferencias posibles entre lo que pretenderían los diputados electos y este suplente.

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