La mirada del artista: Goya.
Sangre a raudales, conciencias divididas, España quebrada, la modernidad impuesta a cañonazos, patriotismo con cadenas o traición con libertad. Es una España ya por siempre dividida, que produce el tremebundo y fiero parto de “Vivan las cadenas” mientras alumbra en condiciones inverosímiles la primera Constitución liberal de la historia, domesticada pronto y castizamente como “la Pepa” ¡Qué ha de hacer Goya, sino Desastres y disparates!
Generalmente se acepta que la estancia de Goya en Zaragoza durante la Guerra de la Independencia dejó una profunda huella en el artista al enfrentarle directamente con las terribles consecuencias de esa lucha cruel, que en su extensión durante cinco largos años habría de convertirse en una de las matanzas más atroces conocidas en el continente.
En los Desastres de la Guerra Goya muestra una actitud muy diferente a la de los Caprichos porque las referencias a la realidad, a un hecho concreto que afecta empíricamente al ser humano, son directas. La crueldad, el fanatismo, el terror, la injusticia, la miseria, se refleja en los hombres muertos, mutilados, partidos, colgados de árboles quemados. Ruinas. Peste. Fuego y horror son las “fatales consecuencias” de la guerra y de la represión política y su gravedad es tal que el artista no las oculta tras opciones anecdóticas y retratos heroicos de individuos particulares. Las victimas de la guerra, y su responsable, es el hombre colectivo; ese hombre, tipificado y anónimo, es el sujeto de las acciones y es también el destinatario del mensaje explícito en las imágenes.
Los Desastres de la guerra no están exentos de controversias en varios aspectos. Las cuestiones que más han atraído la atención de los críticos podrían concretarse en la actitud personal de Goya ante el invasor y ante la situación política de España, el significado de la serie y las fuentes de los temas, el periodo de ejecución, la doble numeración de las estampas. Las cuestiones técnicas, los problemas relativos a la primera edición. Una parte de la crítica tradicional ve en la actitud de Goya síntomas de afrancesamiento y otra insiste en su patriotismo nacionalista. En la actualidad, parece aceptado el hecho de que la denuncia de las atrocidades de la guerra se dirige hacia cada uno de los participantes en la contienda sin tener en cuenta sus vínculos nacionales.
Los Caprichos enfáticos- Desastres 65 a 82-ponen de manifiesto una actitud de rechazo contra la represión iniciada tras la restauración de Fernando VII. Pero, Goya aceptó el transcurrir de los acontecimientos y procuró adaptarse a cada cambio y a la dirección de los sucesos. Sus manifestaciones públicas fueron siempre prudentes, aunque en privado mantuvo una actitud crítica hacia las jerarquías eclesiásticas y los altos cargos civiles del gobierno fernandino, actitud que sólo se atrevió a mostrar en los dibujos y, enfática o simbólicamente, en algunas de las series gráficas, editación de carácter universal.
Los desastres han sido explicados ocasionalmente como la consecuencia de acontecimientos concretos de carácter histórico. Ahora bien, las imágenes constituyen una meditación de carácter universal sobre la guerra, no sobre un específico conflicto bélico.
Caso práctico 1
GOYA GRANDE ENTRE LOS GRANDES
1.- ¿Qué sabes de la biografía de Goya? ¿Qué diferentes etapas conoció la pintura de Goya? Describe una pintura de cada etapa y explica los distintos estilos que reflejan.
2.- Uno de los dos cuadros es un autorretrato de Goya. ¿Sabrías decir cuál es?
3.-¿Quién pintó el cuadro situado a la derecha?
Caso práctico 2
LA FAMILIA

La Familia de Carlos IV fue realizado por Goya en 1800. La composición es típicamente Neoclásica, divide los personajes en dos grupos situados a ambos lados de los reyes, llega a establecer dos o tres términos de profundidad. La reina ocupa el centro de la composición con lo que Goya quiere mostrarnos que en realidad era ella quién ejercía el gobierno. Los hijos de María Luisa de Parma y de Carlos IV se decía que eran escandalosamente parecidos a Godoy, primer ministro. Este estaba casado con la condesa de Chinchón, su retrato refleja el mundo de intrigas y sin felicidad en la corte.
El nuevo rey y su esposa, María Luisa de Parma son más famosos y notorios por los retratos que Goya les hiciera que por ninguna otra causa. La jura de los nuevos soberanos se verifica en 1789, en las Cortes. En la misma sesión se acuerda derogar la vieja “ley de los salios” o sálica: las discrepancias sobre esta cuestión generarían, cuarenta y cuatro años más tarde, la primera de las grandes guerras civiles que han torturado a la España contemporánea, pues de su vigencia o no dependía que pudiera reinar una mujer.

Reflexiona:
1.- Entre una y otra de estas dos familias., ¿Cuánto tiempo ha pasado?
2.- Reseña las diferencias que hay entre los dos pintores y las semejanzas de estos cuadros.
3.- ¿Quiénes son los reyes que aparecen y las personas que estas retratadas en el cuadro?
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